Mamanuncia: retrato de una partera del Pacífico colombiano

Mamanuncia: retrato de una partera del Pacífico colombiano


Olga Rojas-Torres

Divina mujer sabia esculpida en el lienzo por los pinceles del maestro José Eibar Castillo, un impresionista cuyo brillo hace parte de la pléyade de artistas plásticos del litoral Pacífico. El maestro Eibar Castillo ha aceptado el reto de ser embajador de los afro, sus maravillas y angustias. Por eso, en sus pinturas encontraremos el mar con sus canoas, músicos en escena, casas palafíticas, así como el dolor, la pérdida y el olvido.

Mamanuncia

Mamanuncia fue la partera de un barrio de Tumaco, una de esas mujeres maravillosas con todo un sistema de salud a cuestas; el que el Estado les adeuda. Además de medicina, la partería también es una actividad iniciática para madres y bebés quienes a través de ella se integran a las tradiciones de su grupo cultural. Por eso, las parteras del Pacífico son mujeres emblemáticas, vinculadas a todos los hogares, y presentes en las rutas con que se tejen las comunidades. Mamanuncia aparece en esta calle color sol y mar porque el maestro Eibar, orgulloso, quiere presentarla al mundo.

El rostro de Mamanuncia hecho casi de madera, la retrata a ella, pero sobretodo lanza de vuelta al observador, sellos de tosquedad con que se ha justificado, por siglos, el maltrato contra los afro. Su tabaco santero apenas se distingue de su rostro azabache. Durante el parto, el tabaco entrega medicina para limpiar y dar consuelo, mientras el futuro del bebé, la madre y su partera se abrazan con lazos de humo.

Bajo un vestido rosa vaporoso, el cuerpo delgado de Mamanuncia relata el hambre, y las largas caminatas en busca de mujeres a quienes cuidar. La falda remendada constituye la síntesis del tratamiento dado a Tumaco por el centro del país: mucho orgullo patrio para apenas cubrir los huecos dejados por la pobreza, bandera-remiendo que sincera extiende el rojo sangre hasta un borde donde termina la partera y comienza el mundo. Y los pies de Mamanuncia, sin el abrigo de un zapato se muestran amplios, fuertes, y ondeados por las curvas del camino.

De un cesto emergen frescas hojas medicinales; la farmacia originaria ofrecida con dulzura y alegría a la joven, futura madre. Las plantas acompañan a Mamanuncia dejando aromas a su paso, anuncios de la llegada de una nueva vida. Estas plantas habitadas por espíritus milenarios hacen posible un nexo entre el bebé, el ritual del parto y la tierra de la que venimos y a la que inexorablemente nos dirigimos.

A la altura de su pecho Mamanuncia lleva un precioso ramillete de flores medicinales, la aromática ruda tomada del huerto, elegida de entre otras y conjurada para endulzar las angustias. El ramillete escapó del canasto para ser también ofrenda de amor, evocación de las nupcias de la parturienta. Además, hoy, aquí este ramillete hace de Mamanuncia la novia enamorada de la vida, de los bebés afro y del Tumaco amoroso que un día, en paz, cuidará, como ella, de toda la niñez.

El maestro Eibar Castillo está compilando la vida del Pacífico. Su obra pictórica es juglería en colores de óleo y acrílico. Estas pinturas de gran formato se atraviesan al paso del espectador como la mirada de un viejo amigo quien reclama tiempo y atención. Estas obras hablan y roban el aliento. La pintura del maestro Eibar Castillo es la voz y el grito de una región colombiana que reclama reparación.

Periódico Desde abajo

https://orcid.org/0000-0002-5796-1115 

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